miércoles, 18 de julio de 2018

MI VIDA EN EL CINE


¿Emprender viaje a otros países?

                                                                                               Carlos Molina UTAH NY state 1971

Por supuesto que lo pensé. Es más, para 1972 tenía la maleta lista para irme a Alemania. Idea fundamentada en la oportunidad que me brindaba mi empleo en La Televisora Alemana, ZDF, corresponsal Caracas. Sólo que el mes de partir fijado para noviembre de 1972, se frustra, cuando la fecha de mi graduación como periodista en la UCAB, es drásticamente pospuesto para el 15 de diciembre, producto de una toma universitaria que un grupo de revoltosos estudiantes de la carrera de Economía pusieron en Jaque Mate al rector de entonces, el Padre Jesuita Pio Bello, quien finalmente renuncia y la huelga termina. Pero ya mi oportunidad de viajar a Alemania se frustra, pues yo nunca quise viajar antes de graduarme. Y desgraciadamente ocurrió otro incidente.



                                                                 Rodaje cortometraje Tarambuco  Caracas 1971

 El Director del Estudio, el Sr. Christopher Káiser, quien estaba en  Haití  con su equipo de camarógrafos, cubriendo varios hechos noticiosos para ZDF, inesperadamente sufrió un accidente cuando un camión les quita la vía y se estrellan en el auto con la tolva de dicho camión. El Sr. Káiser recibe un demoledor golpe en la frente. Pierde el ojo izquierdo y queda inconsciente como por un mes. Lo llevan a Washington y lo operan los mejores neurocirujanos de Estados Unidos. Pero ya nunca volvería a ser el gran periodista y cineasta que yo conocí. ZDF cierra en Caracas por unos meses y yo me separo de la Televisión Alemana.  Ya mis planes de viajar al extranjero quedaron frustrados allí. Al año siguiente me casé y ya sería mucho más difícil emigrar del país. En mis primeros años de carrera siempre acariciaba el sueño de viajar a Polonia para estudiar cine en Cracovia, pues una universidad polaca estaba de moda entre los cineastas de mi generación como la más atractiva para estudiar cine independiente.
Entrar en el mundo de la cinematografía, fue un acto mágico…o más bien diría que por ósmosis.



                                                                   Rodaje corto 16mm "Un Delincuente Menos" 


A la edad de 14 años, cuando estudiaba 6 grado en el Colegio Salesiano de Táriba, una mañana entró a la clase nuestro profesor de biología,  el Sr. Antonio Guerrero, con un extraño artefacto. Era una camarita filmadora de 8 mm escoltada por un par de bombillas sobre una tabla para iluminar las escenas que él se proponía filmar en clase con sus alumnos. Llenos de curiosidad y hasta de asombro, veíamos cómo el profesor Guerrero nos seguía a todos lados mientras algunos nos acercábamos un poco más a la rara máquina que teníamos enfrente y, encandilados, escuchábamos también el sonido de la cuerda cuando el dedo  gordo del profesor oprimía el gatillo para que rodara la película dentro de aquel singular y nunca visto juguete.

Pero más impresionados quedamos cuando a la vuelta de unos 15 días, el maestro trajo a clase un proyector de 8 mm y nos mostró la película en la pared blanca del salón. Éramos nosotros mismos, unos “sutes”, “pelados” e ingenuos, que reíamos y hasta teníamos cara de bobos. Fue todo un acontecimiento en Táriba allá por 1961.
Este hecho y el haber tenido unos meses después la oportunidad de colocar en mis manos otra filmadora de 8 mm para registrar unos cuantos segundos de un partido de fútbol en la cancha del colegio, fueron enhebrando en mi espíritu la curiosidad por el Cine. Máxime cuando frecuentaba los Matiné del domingo en las salas de cine de Táriba y San Cristóbal, para ver espectaculares películas de vaqueros, aventuras, thrillers  y  campos de batalla producidos por Hollywood y sus estrellas. Todo contribuiría a orientarme por la cinematografía.

No he leído todos mis libros. Pero sí los he consultado en su mayoría. Algunos son para la consulta y otros para la lectura sin apremio; como las novelas, los cuentos y los ensayos. Los libros de cine, algunos son para leerlos debajo de la sombra de un árbol y otros para consultarlos sobre una mesa, con papel y lápiz. Las revistas y los textos de colección son sabrosos porque traen estupendas fotografías. Un “book” sin ilustraciones pertenece al siglo de oro, pero no, al siglo de la cibernética.

Sí, me es familiar MILI 16 mm. Es un Karma, definitivamente. Me ha faltado coraje y decisión para hacerla brotar del computador de Gerardo y mostrársela al mundo. Espero que muy pronto se haga realidad su nacimiento y que camine por las pantallas del mundo. Tiene derecho.



                                                           Rodaje El Engaño de Mili 16mm San Cristóbal 2005
                                              


La pude rodar por dos factores. Por el entusiasmo que me transmitió José Velasco y el subsidio que nos habíamos ganado de la Dirección de Cultura y el Consejo Legislativo. Y claro, por la gente que me acompañó; especialmente, Gerardo, Gustavo, Paulus, Cinthya y el resto del elenco tanto actoral como técnico. La presencia y el aporte artístico y experimentado como cineasta de José Velasco fue determinante para rodar Mili. Y rodamos en 16 mm, porque se nos antojó que teníamos que filmar en celuloide. Inicialmente estuvimos considerando la posibilidad de alquilar una cámara de 35 mm. Pero como nos acordamos de la máquina que yo había logrado en donación para la UNET en 1991, una cámara Beaulieu 16 mm, pues le dimos con eso.


                                   Pan y Perro con Jóse González   y Rolando Franco  Caracas 1972


Hay dos. Pan y Perro y Como Dios. Pan y Perro, porque en 1972 tuve el gusto de rodarla con una fabulosa cámara de 16 mm Arriflex, prestada por la ZDF, Televisora Alemana, cuando apenas empezaba a familiarizarme con este formato en la Escuela de Periodismo de la UCAB. Fue un trabajo sencillo y la rodé en dos fines de semana con dos niños, José González y Rolando Franco vecinos del 23 de Enero en Caracas, y con Títo Rojas como operador de cámara. Recuerdo que el Parque Los Caobos y la Plaza de Venezuela de la ciudad de Caracas, fungieron como escenarios de aquel cortometraje en blanco y negro. Y años más tarde, en 1977, armamos un equipo de profesores y estudiantes para rodar en la Hacienda Paramillo, Como Dios. Relato fílmico que le dio apertura a toda una era de cine en el Táchira, a través de la UNET. Como Dios fue el descubrimiento y la inauguración de un sistema de video recién salido al mercado, el  U’Matic ¾ de Sony. Y conté con el respaldo de 4 personalidades con quienes empezaba a relacionarme: El Prof. Mario Aspeé, El Prof. Néstor Pereira, el Prof. Ítalo Cortés y el Prof. Carlos Delgado Dugarte. A la sazón, Decano de Extensión y quien fungió como el productor ejecutivo del film. Durante el rodaje se incorporaron los profesores Ernesto Rodríguez, Carlos Marrero, Franciscio Mijares y Ramón Soto. Como primera actriz figuró la profesora de idiomas, Iris Hevia uy las estudiantes de ingeniería Lotty Guerra, María Luz Pérez y Fanny Paolini. Para el maquillaje y la escenografía tuvimos la colaboración de Viqui Cirinos y Armando Armenta. Contamos también con la presencia y apoyo del personal adscrito a la hacienda y vecinos del Barrio El Lobo.

Todos ellos, de un gran entusiasmo y capacidad cultural para ayudarme a hacer posible este primer ensayo cinematográfico en la ciudad. En julio de 1977 lo llevamos a un concurso en Caracas frente a las delegaciones de destacadas universidades suramericanas y fue considerado como La Epifanía de la Narrativa Audiovisual de aquel momento.
Lugo vendrían las gratas experiencias como docente de cine en los diferentes talleres de la década de los 80 en la misma Universidad. De entonces proviene el Cine Club Unet. Desde 1985 salieron películas en formato Súper 8 mm como Verónica, El Quiso Volar, El Ingeniero Industrial, Círculo Negro y Tres Mujeres. Rodadas bajo la dirección de diversos y entusiastas jóvenes como José Avendaño y Sara Roby. Secundados por la artesanía y creatividad de Wilfredo Terán, Rod Nelson, Iraida Ballesteros, las hermanitas Mora, José Hull, Storyn Carrasco y tantos otros alumnos de las carreras de Arquitectura, Agronomía e Ingeniería Industrial.  Particular reseña debemos hacer por la presencia del consagrado director de Fotografía argentino, Lorenzo Capra y el operador de cámaras profesionales de la ULA de Mérida, Ramón Arellano. En algunas de ellas hice la dirección y en otras me responsabilicé de la producción.
Pero debo admitir que de toda aquella diversidad de trabajo fílmico la que más disfruté en el rodaje  fue Verónica. Basada en un guión que había escrito diez años atrás. Y si bien, el personaje femenino originalmente era una chica de unos 18 años, reconozco que al ir a los hechos resultó mejor que Verónica fuese un personaje infantil, fue más tierno todo.
Se hizo la Televisora porque ese era el destino comunicacional del Táchira. Desde el punto de vista de la historia de las comunicaciones en la región, debo  destacar que TRT nació como un tímido proyecto ético audiovisual para la juventud y los trabajadores. Se llamó HUTC Televisión, Hacia una Televisión Consciente. Y pudo haber sido la joya de la corona para la UNET que se estrenaba con un espectacular Sistema Experimental de Estudios Dirigidos -SEED- para enfrentar la masificación y la demanda escolar universitaria. Pero las circunstancias no fueron favorables para esta idea. La historia de los hechos la sabe todo el mundo. La primera idea nació en mi casa un 1 de diciembre de 1979. Y se inauguró el 24 de noviembre de 1989. El Presidente Carlos Andrés Pérez y el obispo Marco Tulio Ramírez Roa fueron los testigos de excepción de ese hecho tan transcendental para la historia audiovisual de nuestra región. Gracias a la fe y el impulso que le dieron Oswaldo Jugo y el empresariado tachirense La Televisora Regional del Táchira hoy en día es una empresa privada  que mantiene en el aire la señal canal 6 abierta y por cable para más de 2 millones de televidentes binacionales en Táchira-Venezuela y Norte de Santander, Colombia.


                                                                 Teleagro grabando al Carrao de Palmarito  1993

Dos programas  emblemáticos del campo tachirense: Teleagro y El Mundo del Agro. El primero nació de ARM Televisión, un proyecto que desarrollamos con Javier Alexis Roa y Ramón Arellano para llevarlo al aire por TRT (1993-1997). Y el II programa fue de la autoría personal y del Dr. Ignacio Branger, en cooperación con el entonces vice-rector de la UNET, el Ing. Carlos Chacón Labrador. Desde septiembre 1999, Pastca-Pasteurizadora del Táchira, brindaría un respaldo fiel al programa y por eso siempre me ha obligado el compromiso de hacer este periodismo agrícola documental para TRT, en pro de la ganadería y la agricultura regional.

San Cristóbal es una ciudad mágica, cinematográfica que se merece el estrellato como primera actriz de nuestros documentos cinematográficos y de televisión. Es nuestra ciudad a la que amamos y la mostramos con orgullo al mundo. Por lo menos a través de Internet y Facebook.
Es todo.
Carlos Molina B.
Cineasta